Uso Agronómico de Efluentes

Los efluentes son subproductos de origen animal que pueden aportar materia orgánica y nutrientes al suelo potenciando los rendimientos de los cultivos y aumentando la sustentabilidad de los sistemas.

La producción porcina se encuentra transitando un proceso de transformación abarcando varios aspectos relacionados con la incorporación de tecnología y con el consecuente aumento de la productividad. Esto ha dado lugar a la necesidad de analizar temas como el impacto ambiental de la actividad que se tiene que evaluar e incorporar a la hora de planificar una granja porcina. Entre estos temas se encuentra el impacto químico que cobra gran relevancia la gestión y manejo de efluentes.

En Argentina, sobre todo en los suelos de la región Pampeana, sufren un gran deterioro nutricional en manos de la producción agrícola, que genera una pérdida entre 30 – 50 % de materia orgánica como consecuencia de la producción predominante de soja, la disminución de las gramíneas como parte de las rotaciones agrícolas y la reducción de la superficie destinada a pasturas y verdeos durante los últimos años por la reducción de los rodeos bovinos.

Frente a esta situación, la utilización de los efluentes como fertilizante ayudan a recuperar estas pérdidas y aumentar la producción de los cultivos y contribuye a generar un sistema sustentable. Ya que los animales, particularmente los cerdos, reciben en la ración macronutrientes vegetales que se absorben en porcentajes realmente bajos. Este es el caso del Nitrógeno y el Fósforo, por ejemplo, que es absorbido por los cerdos en no más de un 30 % del valor total recibido en la dieta.

Para una mayor eficiencia en su utilización se deberá tener en cuenta las características y composición fisicoquímica de los efluentes que se generan, así como la oferta de nutrientes del suelo y las necesidades de los cultivos a los que se le aplicará este fertilizante. Sabiendo esto se deberá calcular la cantidad de efluente a utilizar así como con que método mecánico se lo distribuirá en el campo.

Una aplicación controlada de los mismos reducirá los desagradables olores, la liberación de grandes cantidades de amoniaco y gases con efecto invernadero.

Los tipos de aplicación se clasifican en:

  • Por aspersión: a través de cañones regadores o pivote central.
  • Por aplicaciones superficiales: riego por manto o melgas, a través de tanque o carro estercolero
  • Por sistemas de inyección (no disponibles aun en Argentina)

Causas más comunes de un aumento en el IC:

Uno de los retos del control del comedero es la gran variedad de diseños que existen.

En conclusión, se logrará una mayor eficiencia productiva y económica cuando se producen animales en zonas de confort térmico (zona de termoneutralidad), en donde el gasto energético para mantener la temperatura corporal será mínimo y no se restringirá el consumo de alimento.

Scroll al inicio
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?