Reposición para la productividad y longevidad

La reposición de las reproductoras dentro de un establecimiento porcino es uno de los puntos más importantes para garantizar una producción constante y homogénea. La misma puede ser:

Externa:

Son animales provenientes de granjas multiplicadoras de empresas de genética.

Interna:

Propias de nuestra granja, si contamos con cerdas abuelas.

¿Por qué es importante reemplazar y reponer cerdas?

Permite cumplir con la cuota de servicios  para así lograr una estabilidad de flujo de animales y llegar con nuestro objetivo final de venta.

Nos renueva el material genético.

Para lograr éxito con el plan de reposición programada se deberán tener en cuenta diferentes puntos durante la preparación:

Cantidad adecuada: Contar con la cantidad de cachorras que se necesitarán para cumplir con la cuota de reposición. Se sugiere que la Tasa de Descarte anual (TDA) y la Tasa de Reposición Anual (TRA) deben estar equilibradas entre sí y con valores que oscilen entre un 35-40% para mantener constante el inventario de reproductoras. La media de Parity, debe ser 3,5.

Instalaciones: Es importante contar con un espacio especial para alojar a las cachorras desde el destete (ideal) o desde el fin de la recría (Espacio 2-3 m2/hembra) con fácil acceso al agua y al alimento. El mismo deberá contar con una adecuada ventilación y pisos antideslizantes para prevenir lesiones.

Selección: tener al personal capacitado para realizar la selección, basándose en los parámetros de la genética.
→ Aspectos externos: la conformación, aplomos, cantidad y posición de pezones viables, desarrollo vulvar y ausencia de defectos congénitos.
→ Aspectos productivos: GDP, conversión alimentaria y temperamento.

Alimentación: se deberá aportar una dieta equilibrada, con los micronutrientes adecuados. Es clave el control de la alimentación en esta etapa, para un buen desarrollo del sistema reproductor y musculoesquelético asegurándonos un desempeño numérico óptimo y una mayor longevidad.

Manejo Reproductivo para favorecer el desarrollo.

Efecto Macho:

→ Exponer y estimular a las hembras con el padrillo a partir de los 160 días de vida, al menos una vez al día (30´´ a 2´/hembra) para asegurarnos que empiecen a ciclar lo antes posible.

→ Rotación de los machos, para generar mejores estímulos

→ Registrar los celos detectados.

Es fundamental hacer foco sobre aquellas hembras que no presenten celo dentro de los primeros 21 días de comenzado el estímulo. Dichos animales deben ser vendidos con destino a faena.

En conclusión, el desempeño de las primerizas tendrá un impacto muy fuerte en la eficiencia general de la granja, porque afecta tanto lo reproductivo como lo productivo.

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